A través de la red social, Facebook, Sonia Velázquez agradeció las expresiones de apoyo y contó que “desde hace muchos años el sector Salud viene atravesando situaciones sistemáticas de abuso de autoridad”. Además aseguró: “Todavía tenemos mucho por hacer y hay una sociedad que espera que sigamos estando a la altura de las circunstancias”, pudo saber NUEVO TRIBUNO.
La Ministra de Salud de la provincia ratificó que el viernes presentó una denuncia formal en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, para así intentar poner fin a “conductas intimidatorias y de violencia psicológica”, luego de recibir amenazas de parte del diputado provincial y secretario general de UPCN, José Allende.
Aseguró que de ese modo cumplió con su “función indelegable de funcionario público, con el ánimo de hacer valer la figura de rectoría frente a nuestros propios programas de prevención de violencia de género que nuestro gobernador tanto nos ha encomendado y también de poder visibilizar situaciones intimidatorias y de violencia que instamos a denunciar pero que también muchas veces reproducimos desde un despacho, desde una mesa de entrada, desde una oficina pública”.
“Todavía tenemos mucho por hacer y hay una sociedad que espera que sigamos estando a la altura de las circunstancias”, aseveró más adelante. Y por último sostuvo: “Convencidos de un estado provincial presente seguiremos bregando para materializar más justicia social y más derechos para todos los ciudadanos”.
A continuación se transcribe el texto completo que Velázquez publicó en su perfil de Facebook:
“Por este medio quiero agradecer las distintas expresiones públicas y privadas ante la situación de público conocimiento.
Desde hace muchos años el sector Salud viene atravesando situaciones sistemáticas de abuso de autoridad, atropello al sector público convirtiéndolo en un estado de anomia producto de la ausencia de rectoría de un estado presente.
La complicidad de los decisores de turnos nos hicieron ser testigos muchas veces en silencio de numerosos hechos de violencias perpetrados a trabajadores, jefes de áreas, de servicios y de directivos de hospitales y centros de salud cuando no se aceptaba un cogobierno o no se hacían las cosas de acuerdo a los intereses externos de un sector gremial o político partidario indicadas de forma imperativa, que nada tenían que ver con la verdadera esencia solidaria de la misión de una entidad partidaria o gremial orientadas hacia los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos.
En junio del año 2017 cuando el Gobernador Bordet me convoca para conducir el ministerio sabíamos que no iba a ser fácil, contábamos algunos con un capital inicial que era nuestro recorrido y nuestra historia de construcción colectiva en derechos de los ciudadanos y de los trabajadores del sector que tanta veces acompañamos y tratamos de defender. El desafío y lo realizado hasta acá no ha sido fácil , pero lo que sí puedo decirles es que ha tenido muchas horas de construcción colectiva, poniendo mucho el eje en la gestión porque nuestra estructura todavía tiene muchas debilidades producto de un modelo sanitario basado más en lo episódico, lo emergente y transitando en la turbulencia cotidiana para lo cual se requiere mucha táctica y estrategia sanitaria, descontando que esta construcción del proceso salud-enfermedad es producto de los determinantes que inciden en él y lo trabajamos desde un Paradigma basado en los derechos humanos y de la inclusión de las personas.
Ayer en la Unidad Fiscal de Violencia de Género después de más de dos horas de relatar las situaciones que me han venido interpelando durante todo este tiempo intenté poner fin mediante una denuncia formal en lo personal a conductas intimidatorias y de violencia psicológica. Pero sobretodo cumplí con mi función indelegable de funcionario público, con el ánimo de hacer valer la figura de rectoría frente a nuestros propios programas de prevención de violencia de género que nuestro gobernador tanto nos ha encomendado y también de poder visibilizar situaciones intimidatorias y de violencia que instamos a denunciar pero que también muchas veces reproducimos desde un despacho, desde una mesa de entrada, desde una oficina pública, creyéndose que se tiene un poder superior sobre el otro porque es humilde, débil, por su condición de género o porque se atiende en el sector público.
Todavía tenemos mucho por hacer y hay una sociedad que espera que sigamos estando a la altura de las circunstancias. Hay deuda interna y voces silenciadas esperando de quienes ocupamos lugares de decisión (en forma transitoria) hagamos honor al mismo. Sobretodo con esta política económica nacional tan difícil que nos ha recortado derechos esenciales para la Salud de la población.
Convencidos de un estado provincial presente seguiremos bregando para materializar más justicia social y más derechos para todos los ciudadanos”