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Apuestan a la refacción de escuelas para vincular a los planes con el trabajo

El Ministerio de Desarrollo de la Nación puso en marcha un plan que genera tareas para los beneficiarios de las agrupaciones sociales. Es una de las apuestas en marcha para vincular a los beneficiarios de planes sociales con el trabajo y otorga a quienes desarrollan las tareas un plus de $8500 contra certificado de obra. Ya se firmó un convenio con Entre Ríos.
"¿Me buscás un rodillo?", se escucha en los pasillos de la escuela primaria Nº 10 Alas Argentinas de Ituzaingó. Las pinceladas de pintura blanca pasan junto al timbre, por sobre los pizarrones y procuran no avanzar sobre el mural del Bicentenario, que rememora la fecha en las paredes. Los bancos están apilados, hay latas de barniz sobre los escritorios y las sillas son usadas para llegar más alto. Parada en una, trabaja Johanna Martínez, de 31 años. "Nos dijeron que íbamos a pintar y yo pensé que no sabía hacerlo. Pero fuimos aprendiendo", dice sin abandonar su tarea.
La cuadrilla de 20 personas de la cooperativa Barrios de Pie trabaja desde el 3 de febrero en la institución. Lo hace como parte del Plan Argentina Unida, que fue lanzado por Alberto Fernández en un acto en el partido bonaerense de Moreno.
Es una de las apuestas en marcha para vincular a los beneficiarios de planes sociales con el trabajo y otorga a quienes desarrollan las tareas un plus de $8500 contra certificado de obra, según explica el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, La Nación.
El plan alcanza a quienes perciben el salario social complementario y están dentro del programa “Hacemos Futuro”. En el Ministerio de Desarrollo Social aseguran que participarán 12.000 trabajadores de las cooperativas de Buenos Aires y que serán un total de 30.000 en todo el país. También indican que la inversión inicial es de 800 millones de pesos y que el programa prevé el arreglo de aproximadamente mil edificios escolares.
Fuentes de esa cartera agregaron que el convenio para la ejecución del plan ya fue firmado, además de en Buenos Aires, con 13 provincias más: Tucumán, La Rioja, Misiones, Chaco, Santa Fe, Catamarca, Chubut, Río Negro, Neuquén, Salta, Entre Ríos, San Juan, Córdoba y en los municipios de Rosario y Córdoba Capital. Informaron, a su vez, que las refacciones ya comenzaron en Buenos Aires, Córdoba y Chaco.
Arroyo recorrió las tareas en la Escuela Alas Argentinas. "Aceleramos ahora porque en marzo comienzan las clases, pero no solo hay que verlo como pintura de escuelas sino como la principal política que vincula planes sociales con trabajo", interpreta el ministro. Y apunta que el objetivo es lograr la articulación de cinco sectores "para vincular planes sociales con trabajo: la construcción, la producción de alimentos, el rubro textil, la economía del cuidado y el reciclado".
El Ministro destaca que el plan contempla una certificación de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) para quienes realicen las tareas. "Están aprendiendo un oficio, van a tener un certificado que los acredite y eso queda como una capacidad instalada para que después, más allá del plan social, puedan trabajar", comenta y añade que "la provincia colabora con el municipio en los insumos".
El plan nacional se articula justamente con otro provincial, “Escuelas a la Obra”, que el gobierno de Buenos Aires lanzó en Merlo y prevé, en primer término, refacciones edilicias en 800 instituciones educativas. La directora de Cultura y Educación bonaerense, Agustina Vila, también participó de la visita a Ituzaingó e indicó a La Nación que los integrantes de los consejos escolares señalarán las prioridades en las refacciones. "Las obras se definen a partir de determinados puntos críticos: instalaciones de electricidad, gas, agua segura y refacciones de cubiertas y sanitarios", explicaron fuentes de esa dirección.
"Esta es una primera prueba. La idea es poner como eje la capacitación", sostuvo el subsecretario de Promoción de la Economía Social, Daniel Menéndez, quien también estuvo en Ituzaingó y agregó: "La gente no pide planes sociales, la gente lo que hace cuando pierde el trabajo es rebuscársela trabajando".
En la escuela Alas Argentinas, quien recorre los salones y coordina al grupo es Clelia González, de la cooperativa Barrios de Pie. "Por lo menos tenemos este laburito, los chicos no están en la calle, con esto se entretienen, tienen la cabeza en esto y aprenden cosas que no sabían", dice González quien comenta que como ella "entendía algo" de pintura, "les enseñó a los pibes y aprendieron". Cuenta que trabajan ocho horas: desde las 8 hasta las 16 y propone "decirle a Lucas que hay que cambiar la placa de este durlock".
"Lucas" es Lucas Enríquez, que trabaja en la secretaría de Servicios Públicos de Ituzaingó y en la escuela se encarga de coordinar la entrega de materiales y el trabajo. Comenta que en el distrito iniciaron con dos instituciones educativas, pero que piensan extender el plan a alrededor "de 15 o 20". Enríquez dice que el resto serán abordadas por cooperativas que pertenecen a la Municipalidad. "Esta escuela está bastante entera, tenía algunos problemas de filtración. Hay algunas que son más viejas y tienen problemas más complejos", aclara.
Para solucionar esas dificultades edilicias, el grupo primero rasquetea, después coloca enduido y, por último, pinta. Johanna (26) y Yamila (21) se ríen y dicen que rasquetear y enduir son "la peor parte". Antes trabajaban limpiando las calles del municipio y cuentan que aceptaron pintar porque eran ocho horas y sumaban un sueldo mayor. "Está difícil el día a día para llegar a fin de mes", acota Yamila, quien vive con su abuela y su hija de cuatro años. La joven relata que, como pasan el mediodía en la escuela, cada una trae algo para almorzar o preparan algo en la institución, que les presta la cocina.
Quien abre esa cocina es la portera Nora Roncati (63). Esta mujer de guardapolvos a cuadros azul y blanco trabaja en la institución hace aproximadamente 25 años y dice que este mantenimiento "vino bien".
La cuadrilla está compuesta por solo siete hombres, el resto son mujeres. Uno de ellos es Mauro Leguizamón, de 20 años. Dice que esto "ayuda a tener un peso más". Otro, es Kevin Contro, de 22 años, quien coincide con Leguizamón: "Está complicado conseguir trabajo y esto ayuda, aunque yo cuido mucho la plata". El joven, cuyo grupo familiar está compuesto por diez integrantes, ya que ahora se sumaron sus sobrinos, manifiesta que "había pintado alguna vez" porque hacía changas.
La referente de Barrios de Pie en Ituzaingó, Andrea Venuffelen, sostiene que junto a la municipalidad conformaron esta cuadrilla con los cooperativistas que, además de cumplir con los requisitos, vivían en cercanías de la escuela. "Los $8500 van a ser únicamente por este mes, pero vamos a ver si se puede continuar", agrega.
La cuadrilla trabaja apurada, a pesar del calor de febrero. Deben terminar antes de que suene el primer timbre por el inicio de clases. El mismo que ahora está rodeado por las pinceladas y mira al mural del Bicentenario.