
Debido a esta situación, los casi 200 obreros que se desempeñan en el lugar decidieron no ingresar a trabajar a la planta durante la jornada de ayer, motivo por el cual la actividad se mantuvo paralizada durante todo el día.

Ante esta situación, una de las propuestas que habría surgido de parte de la empresa, sería el pago de dos mil pesos por semana, cifra que fue rechazada de plano y que motivó la toma de la planta por parte de los trabajadores que continuarán apostados en el lugar hasta el martes donde se pretende retomar el diálogo y las negociaciones.
“Esta empresa se ha mantenido todo este tiempo porque la gente le ha puesto el hombro, pero de parte de la empresa no ha habido ninguna muestra de querer superar esta situación o avanzar, aun teniendo en cuenta que todos los demás frigoríficos de la región han crecido. Esta situación ha sido producto de una preocupación extrema, la planta se ha tomado de forma tranquila, pero no se depondrá la actitud hasta tener una respuesta, sobre todo en lo económico”, remarcó Vereda.