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El fiscal Ramírez Montrull adelantó que solicitará el procesamiento de Ilarraz

El fiscal Ramírez Montrull adelantó que solicitará el procesamiento de Ilarraz

El fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull pedirá el procesamiento del cura Justo José Ilarraz, imputado en una causa por abuso de menores en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, de Paraná, mientras fue prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993. 
El voluminoso expediente que contiene la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, que tramita la titular del Juzgado de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo, ahora ingresó en una etapa clave, luego de la indagatoria que ocurrió este martes, y en la cual el cura se negó a declarar. El fiscal que actúa en la causa Ilarraz entiende que el expediente judicial ya acumula pruebas suficientes como para dictar el procesamiento del cura. Y es lo que va a impulsar por estas horas. “Ya estamos trabajando en conjunto con la querella para instar al procesamiento de Ilarraz”, dijo Ramírez Montrull. “Entendemos que ya está todo, que hay suficientes pruebas producidas, y por eso vamos a instar al procesamiento”, planteó.
“Haciendo una evaluación rápida de la prueba, está la denuncia de las víctimas, y sabemos que cuando se trata de un hecho de abuso sexual, ninguna persona se a someter a semejante carga, para perjudicar a alguien, con una denuncia que no es cierta. En este caso, juega un rol clave la credibilidad de las víctimas”, subrayó el fiscal.

Pero además, dijo que están las declaraciones de los testigos que han transitado por Tribunales, y que “han dado cuenta del buen concepto que tienen de las víctimas, han dicho que se trata de personas respetables. Eso, además, sumado a los resultados de las pericias psiquiátricas, cuyos resultados dan cuenta de la afectación psicológica que tuvieron como consecuencia de los abusos”.

También, Ramírez Montrull sumó dos elementos más: los resultados de la investigación diocesana que mandó a realizar en 1995 el exarzobispo Estanislao Esteban Karlic, trámite que concluyó al año siguiente con una sanción a Ilarraz: la expulsión de la diócesis tras haber probado la existencia de los abusos.

A eso, agregó el testimonio del propio Karlic en la Justicia quien aseguró que Ilarraz “primero no le quiso reconocer los hechos, y después sí, y mostró arrepentimiento”, aseveración que fue corroborada, abundó el fiscal, por el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, que tramitó la investigación diocesana.

“Con todo esto, ya es suficiente como para dictarle el procesamiento, una calificación que no da cuenta de certeza, sino de probabilidad de culpabilidad”, señaló el fiscal.

Pero además, todos están con la atención puesta en la decisión que dará a conocer el lunes la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), que debe resolver un recurso extraordinario respecto de la prescripción de la causa, publicó El Diario.

Audiencia del martes

Frente a la jueza, el sacerdote, que tiene residencia en Tucumán, adonde se afincó después que en 1996 el entonces arzobispo Estanislao Karlic lo condenara al destierro luego de investigar –por primera vez– las denuncias de las víctimas, dijo que es “inocente” y que las imputaciones en su contra son “falsas”. Después, guardó un insondable silencio.

Pero su presencia en Tribunales, para cumplir con el trámite de la indagatoria, sirvió para que se conociera el rostro actual de Ilarraz. Hasta hora, sólo se lo conocía por fotos antiquísimas, del tiempo en el que ejercía como sacerdote. Desde septiembre de 2012 está suspendido como cura, y no da misas en público.

Concluida la indagatoria, que se extendió por casi dos horas, la jueza Firpo dijo que si no hay ningún planteo de las partes, en un plazo de diez días va a emitir la “decisión que considere oportuna”.

Esa “decisión oportuna” tiene que ver con resolver la situación procesal de Ilarraz, sobre quien pesa una causa penal en la que siete víctimas lo acusan de abuso, hechos que habrían ocurrido en el Seminario Arquidiocesano, mientras eran adolescentes, cursaban la secundaria como pupilos y el sacerdote ejercía la doble función de prefecto de disciplina y director espiritual.

Hay tres posibilidades que pueden ocurrir: la magistrada puede: dictar el sobreseimiento, y que se lo declare inocente; que se le dicte el auto de procesamiento, de responsabilidad provisoria de los hechos que se le imputan, y que se abra el camino hacia el juicio oral; o que se dicte la falta de mérito, en el caso de que no encuentre elementos para procesarlo o sobreseerlo.

“No quiero adelantar opinión”, dijo Firpo, pero, aclaró, que en el caso de que las partes pidan una ampliación de indagatoria – posibilidad que podría ocurrir del lado de la defensa de Ilarraz–, “ahí se corren todos los plazos”. Es decir, que se tomará más de diez días.

En la actualidad, Ilarraz está como “imputado, indagado”, definió Firpo. “Para el dictado del procesamiento, en esta instancia procesal, la primera de la investigación, lo que necesita cualquier juez de instrucción es un grado de probabilidad suficiente, la sospecha suficiente de que las denuncias tienen grado de verosimilitud, que los hechos se compadecen con otros elementos de prueba obrantes en la causa, y que se den diversas medidas probatorias”, aseguró.

Al respecto, entendió que “las pruebas no están todas hechas, porque había una batería innumerable de pruebas dispuestas y que no se habían efectuado”. Aunque enseguida aclaró: “No todas las medidas de prueba se tienen que producir en esta instancia”.

Llegó a ser vicerrector de la Iglesia Argentina en Roma

Raúl Wendler fue pupilo del cura Justo José Ilarraz en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo. Cursó la escuela secundaria como interno y se pensó que podría llegar a ser cura. Pero no fue cura.

En 1993, cuando Ilarraz fue autorizado por el entonces arzobispo Estanislao Karlic para viajar a Roma a cursar la licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana, los testimonios aseguran que Wendler marchó con él a Europa.

Dos años después, y mientras Ilarraz permanecía en Roma, Karlic ordenó una investigación diocesana a partir de las primeras contra Ilarraz por abusos cometidos en el Seminario, en el tiempo que fue prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993.

Cuando Ilarraz volvió de Roma, y luego de que Karlic le impusiera la condena del destierro y se radicara en Tucumán, Wendler se marchó al sur, y se radicó en la provincia de Neuquén. Desde Neuquén declaró on line para la causa que investiga los abusos en el Seminario, “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, que tramita la jueza de Transición Nº 2 Susana María Paola Firpo.

En su testimonio, Wendler aportó un dato poco conocido: dijo que estando en Roma y ya habiendo sido investigado y sancionado aquí por Karlic, Ilarraz fue designado vicerrector de la Iglesia Argentina María Santísima de los Dolores.

Wendler fue uno de los más buscados testimonios por la Justicia. No habían podido dar con él por cuanto se había mudado de Entre Ríos y por eso la jueza Firpo apeló a la colaboración de la Policía para ubicarlo.

Ingresó al Seminario en 1989, y fue contemporáneo con una de las siete víctimas que declaró en la Justicia de qué modo Ilarraz abusó de los adolescentes que permanecían como pupilos. En 1993, concluyó sus estudios en el Seminario.

La Iglesia Argentina en Roma, de la que Ilarraz llegó a ser vicedecano, fue creada en 1910 por el sacerdote José León Gallardo, y quedó bajo la advocación de la Virgen de los Dolores.

En los primeros tiempos, el templo fue administrado por la congregación de los padres mercedarios, pero en la década de 1990 quedó bajo la responsabilidad de la Conferencia Episcopal Argentina, hasta ahora.