Desde mi rol de Diputado Provincial, pero por sobre todo, como hombre de valores democráticos me apena muchísimo lo sucedido ayer en el recinto de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Legisladores de la oposición atentando contra el debido funcionamiento de las instituciones, impidiendo el debate, utilizando la violencia como metodología, son escenas lamentables que le hacen muy mal a nuestra democracia.
Los argentinos hace tiempo decidimos decirle no a esa forma de hacer política, hay quienes no han sabido comprender el mensaje de las urnas y se empeñan en buscar la desestabilizacion de un gobierno elegido democráticamente. Ellos, los violentos que increparon con provocaciones e insultos al Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación e intentaron agredirlo. Los mismos que celebraron euforicamente el hecho de que se haya levantado la sesión, impidiendo un debate en el que prime el diálogo, el intercambio constructivo y el respeto a las instituciones, pero por sobre todo, al pueblo argentino.
Si tanto les interesa el bienestar de los jubilados, ¿por qué no quisieron debatir? ¿tanto les costaba hacer su trabajo? ¿No hubiese sido mejor utilizar las herramientas democráticas que tienen a disposición como representantes de quienes los votaron? No, porque la consigna por parte de la minoría violenta es clara: provocar e incitar al caos y el enfrentamiento; pero Cambiemos no va a responder como ellos pretenden, porque somos distintos y buscamos que prevalezca la paz y el diálogo por sobre todo. Hemos sabido gobernar con minoría parlamentaria, impulsando desde Cambiemos la búsqueda de consensos en el Congreso, escuchando a la oposición y garantizando las herramientas necesarias para la plena y absoluta representación de todos los argentinos. ¿Es mucho pedir lo mismo del otro lado?