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Imputaron al policía que le sacó un ojo a un joven de un disparo

Por José Amado
Por el hecho ocurrido en Feliciano, el oficial Muñoz fue acusado de "Lesiones graves" con el atenuante de "exceso en legítima defensa".
La vida de Ignacio fue de desgracia en desgracia. Nacido en un hogar muy pobre en San José de Feliciano, cayó en el consumo de drogas, en una ciudad tan chica donde el narcotrá- fico debería estar neutralizado. La adicción derivó en distintos hechos violentos y algunos delictivos, y terminó con la intervención de la Justicia primero y del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), después.
A poco de ser internado, se escapó en un traslado al hospital local donde lo medicaron. En la casa de su abuela tuvo una crisis y la Policía fue a detenerlo. Tenía un cuchillo y forcejeó con un uniformado, mientras otro le disparó a la cara: perdió el ojo izquierdo.
Ayer se conoció la imputación de la fiscal Beatriz Garrahan: Lesiones graves en exceso de legítima defensa para el oficial Muñoz, autor del disparo, y Amenazas y Resistencia a la autoridad para la víctima. Ignacio tiene 16 años y con un ojo menos producto del accionar de un agente del Estado, ahora afronta una causa penal. La tarde del 10 de julio, el adolescente se había escapado del hospital de Feliciano por una ventana, mientras estaba bajo custodia del Copnaf. Una semana antes lo habían internado por su grave adicción a las drogas.
Tras la huida, desde el organismo se pidió a la Policía que lo encontrara. Un patrullero fue a la casa de la abuela del joven y allí lo halló. El chico se exaltó, pero su tía lo tranquilizó. A los 20 minutos regresaron los uniformados con el Grupo Especial, entraron a la vivienda para reducirlo y uno de ellos le disparó. La versión policial indica que el adolescente estaba con un cuchillo de cocina, y que el balazo de posta de goma impactó en el marco de la puerta y luego en el ojo del menor. El video registrado por la propia fuerza del procedimiento reveló que le apuntó al rostro. Se produjeron todas las declaraciones testimoniales en la Fiscalía y se demoraba la imputación.
Finalmente, según se informó a los medios ayer, a casi dos meses del hecho de sangre, Garrahan imputó a Muñoz por el delito de Lesiones graves, y además le agregó el atenuante de Exceso de legítima defensa. En el hecho se pudo determinar que el adolescente estaba muy exaltado y tenía un cuchillo en la mano. No quería saber nada con ser llevado por los uniformados. Eran varios policías del grupo especial de la Jefatura Departamental, con cascos, escudos, chalecos y armas, supuestamente capacitados para resolver la situación con un menor en esas condiciones sin que hubiera sangre.
Pero terminó mal y, para la Fiscalía, el policía que efectuó el disparo se defendió. Silvina, la madre de Ignacio, en diálogo con la prensa clamó: "Solo exijo Justicia y que paguen los culpables". "Encima de todos los problemas que tiene, ahora le hicieron una un imputación", lamentó. La mujer contó que su hijo "a los 15 años empezó a consumir, como todo adolescente tiene sus problemas, nunca tuvo un delito grave ni nada. Se me fue de las manos, no tengo experiencia para tratar con la adicción, nadie está preparado para cuando se desborda". Ahora, Ignacio está en un hogar del Copnaf en Paraná con tratamiento psicológico y psiquiátrico, y también oftalmológico.
Sobre el hecho, Silvina afirmó que su hijo "en ningún momento amenazó a nadie" y que estaba exaltado porque "lo pasaron de mediación". Ella no estaba en la casa y cuando llegó "ya había perdido la vista y lo tenía azotando en la camioneta". El abogado querellante Damián Arévalo todavía no pudo acceder al video del procedimiento, la prueba objetiva fundamental.
Fuente: Uno