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Pagliotto: “Hay que llamar a la reflexión para que el gobierno se exprese ante las agresiones que sufrieron los menores a manos de policías”

“Los chicos quedaron destruidos”, aseguró el abogado
Dijo que las secuelas psicológicas que les quedaron a los jóvenes son “tremendas”.
Rubén Pagliotto, abogado querellante de una de las víctimas que fue torturada por parte de agentes de la Policía de Rosario del Tala, llamó “a la reflexión para que el gobierno se exprese ante las agresiones que sufrieron los menores”. “Los chicos quedaron destruidos y todos los informes, tanto psicológicos como médicos, dan cuenta de que las improntas que les quedaron en sus cuerpos son de descargas eléctricas de picanas.
Además, las secuelas psicológicas que les quedaron son tremendas y no se van a borrar nunca más”, aseguró el letrado. Son nueve los policías acusados de torturar a dos adolescentes de 14 y 15 años en un hecho que ocurrió en julio de 2012 en la localidad del centro provincial.
El abogado recordó que “entre los días 29 y 31 de marzo del año 2012, en Tala se habría sustraído una computadora de la Escuela Nº 3 Domingo Faustino Sarmiento. Luego se inician las tareas investigativas y una de las hipótesis indicaban que podrían haber sido dos menores de la localidad de Tala los autores del robo. Así que el día 29, una dotación de oficiales y suboficiales, al mando del jefe de Investigaciones de la Departamental de Tala, Pablo Leoncio Segovia, se dirigen hacia la casa de uno de los menores y lo llevan detenido invocando falsamente una inexistente orden de allanamiento. Le propinan una serie de golpes en el trayecto y también en la comisaria. El segundo día lo van a buscar a este mismo menor que estaba haciendo tareas rurales y se lo llevan hasta un descampado, donde le profieren vejámenes. Hay un primer simulacro de fusilamiento y luego se produce una actitud idéntica con el otro menor y se le practica el llamado ‘submarino seco’, que es cuando le ponen una bolsa en la cabeza y llevan a la persona al límite de las asfixia y luego se la sacan. Pero además en la misma bolsa le introdujeron gas pimienta. Después hay un tercer día en el que son llevados también a la zona de las cloacas de un piletón municipal y allí hacen otro simulacro de fusilamiento y torturas a través de una picana, lo que les producen muchísimo dolor y que aplicadas con descontrol pueden llevar a la muerte”.

En esa línea, el abogado sostuvo: “Estos métodos nefastos de tratos crueles e inhumanos es increíble que se estén aplicando ahora, luego de 30 años de recuperada la democracia. Los policías utilizaron los mismos métodos que se usaban durante la dictadura para arrancarles confesiones a las personas que ellos consideraban que eran contestatarias y ahora estos agentes lo hicieron con dos chicos en situación vulnerable”.

“Es verdad que estos jóvenes habrían cometido pequeños delitos, pero ni el más atroz de los crímenes merece, ni mucho menos justifica, una respuesta por parte de la policía algo como lo que fueron sometidos estos chicos”, indicó Pagliotto.

El abogado manifestó luego que le llamó la atención que cuando se aplicaron las torturas estuviera una joven policía, que al momento de los hechos no tenía más de 30 años (Ludmila Soto), porque “si hoy estas camadas jóvenes, que no tienen nada que ver con los años de plomo del país, cometen estos delitos atroces tenemos que pensar y llamar a la reflexión a las autoridades, ya que además no he visto ningún gesto por parte del gobierno solidarizándose con la familia de los jóvenes. No vi a nadie que se preocupara por esta situación”, sostuvo y luego criticó que los policías seguían cumpliendo funciones, pero “recién ahora los pusieron en una situación de pasividad”.

Sin embargo, volvió a cuestionar que “seguían prestando colaboración, tuvieron la protección del gobierno, que se calló ominosamente la boca. Esto fue callado por el gobierno que se dice un abanderado de los derechos humanos y que ahora han tenido un comportamiento absolutamente cómplice, donde ni siquiera el ministro de Gobierno, Adán Bahl, fue capaz de comunicarse con la familia de las víctimas”.

“Los pibes quedaron destruidos y los informes psicológicos y médicos tan cuenta de que lo que sufrieron en sus cuerpos son descargas eléctricas propinadas con picanas y tendrán secuelas psicológicas tremendas que no se borrarán jamás”, lamentó el letrado en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza).

También cuestionó el accionar del comisario General retirado, José Schmunk, actual presidente del Círculo de Retirados de la policía de Rosario del Tala, quien se manifestó anoche en defensa de los policías acusados y sostuvo que “esto debería llamar la atención, porque por una actitud menos payasesca, cuando varias decenas de oficiales reclamaban un sueldo justo tuvieron inconvenientes. El mismo procurador fiscal, que a veces pone tanto ahínco en cuestiones menores, debería dar una respuesta a esto”.

Los efectivos que llegaron a juicio son Neri Magallan, Walter Flores, Rodrigo Vidal, Marcelo Millezzi, Ludmila Soto, Héctor Mori, Claudio Monroy, Gustavo Fornerón y Pablo Segovia.

El abogado contó que la Fiscalía, por el delito de tortura para Magallan, Soto, Millezzi y Monroy pidió una pena de ocho años más la inhabilitación. En tanto, para Flores y Vidal pidieron la absolución. Para Segovia se solicitaron dos años de ejecución penal.

En tanto, la querella pidió para “los seis primeros -Magallan, Soto, Millezzi, Monroy, Flores y Vidal- 10 años por torturas y para Segovia, quien metió presión a sus subalternos, también pedimos la misma pena. Para los demás policías pedimos cuatro años de cumplimiento efectivo porque entendimos que son autores materiales y penalmente responsables de privación ilegal de la libertad con abuso”.

“El Tribunal van a adelantar el fallo el 2 de septiembre para dar a conocer los fundamentos del veredicto y a partir de conocidos los mismos, luego las partes podremos en caso de no estar de acuerdo, utilizar el recurso de casación y luego la impugnación extraordinaria hasta llegar al recurso extraordinario”, detalló finalmente Pagliotto.